Decía M.F.K. Fischer que, "Primero comemos, luego hacemos todo lo demás".
Disfrutar de una buena comida es aventurarse en un viaje por los sentidos, dejándose llevar por aromas, sabores y texturas que nos sumergen en mundos desconocidos.
Ubicado en Polanquito, en Julio Verne, TANA es un oasis culinario muy seductor. Tana es una palabra italiana que significa cueva, y el efecto de la intrigante arquitectura de este bello espacio da la sensación de una guarida. Una enorme barra cuadrada al centro es el escenario para observar la creación de cocteles y platillos.
La cocina de TANA es una celebración de la exquisitez italiana, armonizando perfectamente con las ingeniosas creaciones de sus talentosos mixólogos. Desde el Rocaspritz, con vermú, prosecco, soda de toronja y tomillo, hasta el intrigante coctel ‘Lava’, con fresco 77 dry gin, reducción de vermú con salvia, tomillo, Campari y bitter de hoja santa, cada creación lleva consigo toques memorables.
El cuidado al detalle es caracteristico de TANA: ingredientes de temporada, una carta de destilados artesanales o el hielo purificado trabajado a mano, son ejemplo de la seriedad con que se trata la mixologia. Para la cocina, de fuerte inspiracian mediterranea, se integran ingredientes mexicanos de productores locales, logrando desde pastas trufadas, hasta ceviches de fuerte tradición nacional.
Raffaele Chinea, fundador-anfitrión de carisma italiano, atiende personalmente a cada comensal. Su presencia es la esencia del éxito rápido de TANA, que busca conectar a las personas entre sí y con la naturaleza a través de cócteles elaborados y cocina mediterránea.
En TANA, cada plato y cóctel es una obra para compartir. Desde su diseño hasta los detalles de cada bebida y plato, la experiencia sensorial nos envuelve de inmediato y nos sumerge en su magia durante toda la velada.
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