En la paradisiaco archipiélago de Okinawa se dice constantemente: “nankuru nai sa”, lo cual se traduce del Japonés a “las cosas saldrán bien de alguna manera”. Esta filosofía libre de estrés y complicaciones es uno de los elementos mas importantes del estilo de vida de los locales, quienes se rumoran ser la comunidad mas longeva del mundo con una de las mayores concentraciones de centenarios del planeta.
Con un énfasis en el bienestar, toda experiencia que vivimos en Okinawa, es autentica. Hyatt Regency Seragaki Island Okinawa ofrece experiencias energizantes dentro de un resort completamente aislado en la isla Seragaki.
A solo unos pasos de la playa de Seragaki, una laguna privada y una piscina, disfrute de una amplia gama de actividades marinas enfocadas al auto-descubrimiento y el bienestar. No hace falta buscar más allá de la playa de Seragaki, frente al hotel, para realizar actividades marinas o para experimentar la naturaleza y la historia de Okinawa.
Las 343 habitaciones del hotel ofrecen impresionantes vistas al mar y piscinas cubiertas y al aire libre, así como una laguna y playas. La piscina cubierta está equipada con una zona de hidromasaje con sauna de vapor para consentirnos. Al caer la noche durante la temporada de verano, la alberca se ilumina y podemos seguir disfrutándola.
Podemos disfrutar en The Island de bebidas refrescantes y refrigerios ligeros para un día relajante en la piscina o relajarnos por la noche con un cóctel mientras contemplamos el majestuoso atardecer.
Hyatt Regency Resort Seragaki Okinawa alberga seis restaurantes que exhiben ingredientes locales frescos, cada uno de los cuales captura la esencia de la cocina de Okinawa de una manera única. Aquí podemos disfrutar de menús que trascienden los límites tradicionales para una experiencia gastronómica que rejuvenece el cuerpo y alma.
El primer piso cuenta con un comedor abierto todo el día y un auténtico restaurante italiano y el segundo piso ofrece cuatro restaurantes de especialidades: Robata, Sushi, Teppanyaki y cocina japonesa para todas las ocasiones.
Desde la terraza de mi suite acaricio con la mirada los cambiantes colores del mar, impresionantes bajo un eterno cielo azul. Okinawa es, en todos los sentidos, un paraíso terrenal.
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