Algo maravilloso de la gastronomía, es que no siempre es necesario acompañar los platillos con vino para disfrutarlos. Tan elegante como una copa de vino, una botella de agua ABATILLES es el complemento perfecto para tener una comida de reyes. De hecho, a pesar de que lo más común sean las catas de vinos, destilados, y hasta de quesos y chocolates, también podemos dejarnos sorprender por una cata de agua Premium.
Arcachon es una hermosa bahía cercana a Burdeos, que además de ser famosa como destino turístico, lo es más por ser el lugar de origen de un agua pura y cristalina. Todo empezó por accidente, cuando se perforaba en búsqueda de petróleo, pero al excavar en el suelo salió disparado un enorme chorro de agua, con más de 70,000 litros de agua de manantial por hora: un verdadero tesoro de la naturaleza es su más pura expresión.
Al probar el agua y darse cuenta de su pureza, se decidió embotellarla directamente en el manantial y darle el nombre de ABATILLES. Antes de llegar a nuestros labios, el agua ABATILLES recorre la cuenca de Arcachon a una profundidad de 472 metros de profundidad, cruzando las capas de un filtro natural formado con capas de arena, piedra caliza y arcilla, que mantiene al agua libre de contaminantes.
Entre las aguas, al igual que con los vinos, hay diferencias, porque no todas las aguas son iguales. Al momento de evaluar la sensación en boca, se considera elementos como la acidez, el sabor, la estructura y la ligereza. Saber beber agua es tan valioso como saber beber vino, de hecho, el agua ideal que complemente los sabores de una comida es la clave para tener una experiencia gastronómica exitosa.
Al igual que los vinos, al momento de catar el agua ABATILLES se comparan las características y las diferencias que comparten entre sí, es un momento en el que se despiertan los sentidos a través de la percepción que nos genera. Se distingue entre otras aguas por sus delicadas cualidades, que se aprecian en todo su esplendor al beberse en una copa Riedel, que al ser de cristal puro y transparente, permite que la percepción sea sin impurezas.
La nitidez de las copas Riedel nos permiten apreciar la fase visual, en la que observa que ABATILLES es un agua libre de partículas extrañas, sin colores, sin aromas ni ingredientes añadidos, y al inspirar profundamente varias veces con los ojos, se descubre su frescura.
El agua ABATILLES es, además del vino, una opción óptima para acompañar los alimentos, porque contrario de otras bebidas, no interfiere ni altera los sabores de los platillos, al contrario, deja una sensación de frescura en boca, por lo que complementa exquisitamente cualquier comida.
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