Kim Crawford es uno de los productores de vino más interesantes e innovadores de Nueva Zelanda. La bodega comenzó en una pequeña casa de campo en Auckland, Nueva Zelanda y desde su lanzamiento en 1996, la etiqueta ha ganado elogios de la crítica en todo el mundo. Hacen las cosas de manera poco convencional, asumen riesgos y le dan la bienvenida a cambios diferentes.
Esta bodega fue fundada en 1996 por Kim y Erica Crawford, en una pequeña casa de campo en Auckland, con el sueño de crear un vino que cautivara a quienes lo probaran, fueran expertos en vinos o no. Para ellas, un buen vino es aquel que puede robarse el corazón de quien lo saborea, independientemente de su experiencia en novata o experta en el mundo de los vinos.
Kim y Erica llevaron su meta tan alto, que en el año 2000 decidieron dejar de ser una bodega virtual para poner una bodega de manera física, al comprar un viñedo en Marlborough, donde el clima es idóneo para el cultivo de la uva Sauvignon Blanc, logrando que sus vinos fueran equilibrados y con buen carácter. A la jovialidad de sus vinos, se suma el hecho de su marca fue la primera en utilizar taparrosca en lugar de corcho, innovando en su país.
Su filosofía para hacer un buen vino es simple: centrarse en el sabor. El maestro enólogo, Anthony Walkenhorst, se describe a sí mismo como el "guardián del sabor" que elabora vinos vibrantes, auténticos y crujientes. Anthony ha sido influenciado por la belleza natural única de Nueva Zelanda y la usa para inspirar vinos con sabores robustos, impulsados por frutas que acentúan un carácter suave y natural. En última instancia, Anthony tiene como objetivo dejar que el sabor original de las uvas brille en cada copa de Kim Crawford.
Los viñedos de Kim Crawford se encuentran en lugares destacados, predominantemente costeros. Las uvas se benefician de días largos, brisas marinas limpias y noches frescas. En combinación con la temporada de otoño larga y seca de Nueva Zelanda, sus uvas maduran lentamente, lo que les permite aumentar la intensidad del sabor y desarrollar una acidez sofisticada. Al final, es esta combinación única de factores, desde regiones y suelos hasta temperaturas y tasas de crecimiento, lo que le da a Kim Crawford un equilibrio perfecto de fruta y acidez. Esta combinación ideal de elementos hace que Kim Crawford sea más que el vino perfecto para complementar comidas y ocasiones; lo convierte en el vino perfecto para complementar una de las regiones más impresionantes que el mundo haya conocido.
Kim Crawford Rosé ha sido cinco veces premiado e internacionalmente reconocido. Su sabor fresco, delicado y sutil, de muchos sabores y sensaciones frutales destacando las moras rojas y la sandía y acidez alegre, hace de este elixir un vino fácil de beber y disfrutar.
A primera vista es un vino limpio y brillante, de sutil color rosado pálido y destellos tono durazno. Al degustarlo, en nariz nos percatamos de sensaciones de frutas tales como durazno y fresa, además de toques cítricos y un ligero recuerdo herbal.
Kim Crawford Rosé es ideal para una tarde calurosa, un día de campo, acompaña coctel de frutas, pizza, quesos fundidos, ostiones, almejas o mejillones, ceviches, ensaladas con trozos de fruta y chiles en nogada. Su aroma vivo y los ricos sabores de fresa y melón hacen de esta botella de vino un aperitivo ideal o un sorbo de verano.
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