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Deby Beard

Les Moustaches, mas de 40 años de historia



Considerada como la más prestigiosa del mundo, la cocina francesa nos regala su máxima expresión de sabores, aromas y texturas en Les Moustaches. Bajo la atenta dirección de Luis Gálvez, en el restaurante se respeta la elaboración de los platillos mediante las técnicas formales, empleando los ingredientes más frescos, sirviéndolos con orgullo con presentaciones tan elegantes como el ambiente de esta antigua casona porfiriana.


El menú es amplio y excelente, con platillos tentadores que invitan a regresar una y otra vez. Con mas de 40 años de historia, es un referente de la excelencia gastronómica francesa en nuestro país, y es punto de reunión frecuente para empresarios e importantes figuras del país. Parte importante de su excelencia es la atención que se brinda, con el personal siempre atento, impecablemente vestido y dispuesto a satisfacer los deseos de los comensales. Pero lo más destaca es la presencia diaria de Luis, quien supervisa personalmente todo el proceso de elaboración de los platillos hasta su presentación en la mesa.



Un referente de la excelencia gastronómica francesa en nuestro país, y es punto de reunión frecuente para empresarios e importantes figuras del país. Su ubicación es incomparable; el restaurante se encuentra a unos minutos de las embajadas Americana e Iglesia, dos cuadras del Ángel la Independencia y atrás del Hotel Maria Isabel y la Bolsa Mexicana de Valores.


Las ostras Rockerfeller, el exquisito Abulón y el rack de cordero son platillos que nunca me pierdo, gozando de la frescura de sus productos y de la excelencia del chef.


Cada año, en Les Moustaches se celebran festivales que celebran los sabores de cada temporada del año. El más reciente fue el Festival Mexicano, con platillos tan tradicionales como los chiles en nogada, preparados con la receta secreta de Les Moustaches y un toque; el pollito en mole Xico; el pesacado a la veracruzana, servido con aroz blanco y molotes de plátano macho.


Entre los platillos más emblemáticos y que nos invitan a regresar una y otra vez, están su famosa Sopa de Cebolla, los Caracoles Provenzal, el Pescado Veronique, el Pollo Kiev, el Pato dulce o salado, el Filete Wellington, el pato a la naranja, el tazón de jaiba, y como postre, el soufflé en sus diferentes sabores.










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