Cuenta la leyenda que el nombre de la bella ciudad de Lucerna, en Suiza, se deriva del latín “lucerna”, un término que describe un rayo de luz enviado a la Tierra por un ángel. “Leuchtenstadt”, la ciudad de las luces, es como Lucerna es conocida, aunque el origen de su nombre sea un misterio. Aquí, cada instante es una oportunidad de descubrimiento y de exploración, ya sea entre los picos de sus montañas, los puentes de madera que cruzan el lago, y las sinuosas calles medievales de su centro histórico.
Casas históricas decoradas con frescos se alinean en las pintorescas plazas de la ciudad, al igual que en la plaza “Weinmarkt” en el casco antiguo peatonal. Lucerna es una ciudad de plazas e iglesias. La iglesia de los jesuitas que data del siglo XVII está considerada como el primer edificio barroco sacro de Suiza y las torres gemelas de la Hofkirche forman parte integral del paisaje urbano. La figura de un león moribundo que fue tallada en la cara de la roca en recuerdo de la heroica muerte de los guardias suizos asesinados durante un ataque a las Tullerías en 1792 es uno de los monumentos más conocidos de Suiza.
Como parte de sus maravillas modernas están sus hoteles, siendo el Hotel Schweizerhof Luzern su máximo exponente. A lo largo de cinco generaciones y una fascinante historia, el hotel ha cautivado a viajeros de todo el mundo, y su gastronomía es la máxima expresión regional, donde los platillos son auténticas obras de arte para los sentidos. Ya sea que estén basados en recetas típicas o que estén influenciados por la cocina internacional, que se degusten en un cómodo restaurante o en la montaña, los chefs nos sorprenden con los sabores de la amplia selección de quesos, panes, vegetales, frutas, pescados y licores, preparados bajo la filosofía de que cada platillo capture la esencia de la naturaleza.
Con su impactante fachada blanca y pintorescos techos de teja azul, el Schweizerhof Luzern es un ícono de la ciudad; la bandera roja y blanca de Suiza volando en la brisa sobre el hotel. Por dentro, altos techos blancos y elegantes pilares de mármol rosado nos dan la bienvenida a un mundo de majestuoso lujo.
Sus restaurantes Galerie y Pavillon nos ofrecen auténticas especialidades de Lucerna junto con platos exóticos del resto del mundo. Para vivir una experiencia de auténtica alta cocina, una excelente opción es la VILLA Schweizerhof; uno de los mejores restaurantes de Lucerna con vistas al lago, que ha recibido 13 puntos Gault-Millau.
Durante su larga historia, el Hotel Schweizerhof Luzern ha acogido a emperadores y emperatrices, reyes, escritores, políticos, magnates y músicos. Tolstoi narró aquí una de sus obras; Mark Twain se hospedó durante sus viajes por Suiza y escribió sobre su experiencia. Cuando se inauguró el Zeugheer Hall, en 1865, la emperatriz francesa Eugenie, quien residía en el hotel, elogió las instalaciones, afirmando que podría haber pocos salones de mayor esplendor, incluso en Francia.
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