La colonia Roma es uno de los lugares de la ciudad que con su historia y belleza nos transporta a otro tiempo, con sus casonas de bella arquitecturade la Belle Époque y el art nouveau, y calles llenas del sonido de las aves. La colonia se ha convertido en una de las más queridas de la ciudad, el mejor lugar para caminar y convivir con visitantes de diferentes partes del mundo.
Dentro de su ambiente bohemio y cosmopolita, donde el pasado y el presente convergen, se encuentra el hermoso Hotel Brick, rodeado de boutiques de arte, cantinas tradicionales, bares modernos, cafés y panaderías.Después de estar cerrado durante los últimos meses, el hotel está listo para reabrir sus puertas y recibirnos en un ambiente más sofisticado y maduro, con una fusión vibrante en su servicio y en cada uno de sus espacios.
Construido con ladrillos ingleses, The Brick Hotel fue originalmente una gran casa para el primer gerente del Banco de Londres y México. Más tarde fue propiedad del presidente mexicano antes de convertirse en el lugar "al que acudir" para los ricos y famosos en la década de 1930. En su encarnación actual como un hermoso hotel boutique, el edificio vuelve a cobrar vida con el sonido de los huéspedes que disfrutan de su historia única y su impecable hospitalidad.
Su concepto es ideal para alejarnos del bullicio de la ciudad, pero sin dejar de disfrutar las comodidades que tanto amamos de la vida moderna. Con su maravillosa ubicación en la calle Orizaba 95, el Hotel Brick ofrece diferentes espacios que acentúan el buen gusto, la belleza y la comodidad en cada uno de sus ambientes, y su propuesta contemporánea y sofisticada, le da un toque renovado a su diseño clásico.
Su terraza en la azotea está rodeada de exuberante vegetación y ofrece el lugar perfecto para un aperitivo por la tarde. Mientras tanto, su bello Veranda, donde disfrutamos el menú de Cerrajería, es un lugar para ver y ser visto mientras nos deleitamos en cocina de pureza y cócteles artesanales.
Dentro de las instalaciones se encuentra Cerrajería Restaurante, a cargo del chef Armando Acosta. Un espacio moderno y vibrante, en el que el chef deleita a sus comensales con su pasión por la cocina simple y honesta. Aquí, disfruté del brunch del domingo, degustando joyas culinarias como frescas ostras, salmón con queso crema hecho en casa, ceviche, y una trilogía de pollo: a las brasas, en waffle y barbacoa. Concluyó esta exquisita experiencia con broche de oro: un cremoso cheescake y un mantequilloso pan francés – verdaderos manjares.
Maridamos el brunch con una serie de cocteles deliciosos, con intrigantes ingredientes como sal de ceniza y epazote. Sus seductoras presentaciones se enlazan y entremezclan con el fascinante ambiente, relajado y chic a la vez.
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