A principios de los 70, Roberto Polito, futuro fundador y presidente de Baglioni Hotels, fue enviado a la costa toscana para desarrollar un resort para un operador suizo. Cuando descubrió un tramo poco conocido de la costa del Tirreno, quedó enamorado.
En alianza con Carlo Ponti, productor de cine y esposo de Sophia Loren, compró un área llamada Pineta di Roccamare, cerca de Castiglione della Pescaia. Cuando terminó la asociación, Roberto Polito sabía que la zona sería su trampolín en el negocio de la hostelería y, en 1974, abrió la primera propiedad, el Baglioni Resort Cala del Porto en Punta Ala. Así comienza la historia de los Baglioni.
Los hoteles Baglioni son residencias privadas, elegantes e íntimas, abiertas y vibrantes, y las personas que trabajan allí son meticulosas en cada detalle. Cada hotel tiene su propia historia, una relación simbiótica con la cultura y el idioma locales. Y mientras que el entorno influye en el estilo, es la personalidad de Baglioni la que le da a la hospitalidad su sello inconfundible de calidad. En Aix-en-Provence esta maravillosa colección hotelera nos seduce con la magia de Villa Gallici.
Una casa provenzal del siglo XVIII, majestuosa y de elegancia clásica, Villa Gallici se encuentra entre coloridos edificios y animadas plazas. Aquí, un sombreado jardín de siete acres con piscina nos invita a gozar del sol del sur de Francia, dejando nuestros ojos vagar por las preciosas fachadas del hotel, sus elegantes escaleras, sus esculturas y pinturas externas.
Este lujoso hotel Baglioni es miembro de Relais & Châteaux, una mágica colección de joyas hoteleras que nos empapan en historia y sumergen en cultura alrededor del mundo. Las habitaciones y suites del hotel están decoradas con una extravagante perfección en el estilo de "fantasía de gabinete provincial". Amplias, románticas, tranquilas, todas amueblado en puro estilo provenzal, las suites dan a un jardín privado lleno de la fragancia de la lavanda.
Aix-en-Provence es un destino repleto de historia y arte: la montaña de piedra caliza blanca Sainte-Victoire que domina la ciudad fue tema frecuente de las obras de arte del pintor postimpresionista Paul Cézanne. Una ciudad llena de cultura e historia, Aix-en-Provence tiene un encanto único y sublime. La ciudad del rey René de Anjou, no solo es conocida por sus golosinas gourmet calissons; entre calles estrechas, mansiones con fachadas barrocas, palacios, fuentes y pequeñas plazas que albergan pintorescos mercados, la ciudad es una colección de tesoros históricos y culturales.
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