Un lugar donde el tiempo se detiene, donde el lujo y la elegancia, la sofisticación, la comodidad y el buen gusto unen fuerzas para crear momentos únicos, el Club 51 en la Torre Mayor lleva la exclusividad a un nivel diferente. Fue aquí donde se llevó a esta cata sensorial con el talentoso Enrique Tirado, descubriendo plenamente la magia de Don Melchor.
La extraordinaria sensibilidad enológica de Enrique Tirado, junto a su incansable búsqueda, rigor y estudio de los diferentes terroirs, le permitió ser designado en 1997 enólogo exclusivo de Don Melchor.
A mediados de los ochenta nace la historia del vino Don Melchor, cuando el desarrollo de vinos de alta calidad en la industria vitivinícola chilena era aún incipiente. De esta forma, comienza a materializarse un gran sueño en Viña Concha y Toro, que cambiaría para siempre el destino de los vinos chilenos.
Don Melchor proviene del viñedo ubicado en el Valle del Alto Maipo, a los pies de la cordillera de los Andes y a 650 metros sobre el nivel del mar. El viñedo está conformado por 127 hectáreas, de las cuales 90% corresponden a Cabernet Sauvignon, 7,1% a Cabernet Franc, 1,9% a Merlot y un 1% a Petit Verdot.
Las parras de Cabernet Sauvignon promedian más de 30 años de edad y corresponden a una selección masal pre-filoxera, es decir, su origen data de las primeras vides traídas desde Burdeos a fines del siglo XIX.
Durante décadas, gracias al amor del enólogo Enrique Tirado y de cada una de las manos involucradas en el proceso de la creación de Don Melchor, en Puente Alto, que han trabajado en conjunto para aprovechar al máximo las cualidades del valle, su clima y su suelo y el viñedo, es hoy podemos saborear un vino perfecto, único, definido por la pasión, simplemente impecable.
Saber beber vino va más allá de abrir una botella y servirlo en la copa: se trata de comprenderlo y de dejarnos seducir por las sensaciones que produce. Esta fue la fórmula secreta que usó Don Melchor Concha y Toro, cuando fundó los cimientos de esta gran compañía. Al ser un gran visionario, Don Melchor vislumbró un exitoso futuro para los vinos chilenos, así que mandó traer nobles cepas de la región de Bordeaux, Francia, para plantar sus primeras vides en el valle del Maipo, ubicado en los alrededores de Santiago.
En el setting inolvidable del Club 51, con la ciudad brillante a nuestros pies, disfrutamos de esta joya vinícola en una exclusiva cata que nos transportó a través de los sentidos y nos permitió formar parte de la magia de este vino tan singular.
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