El horizonte de la ciudad se integra al diseño del restaurante, invitándonos a disfrutarla y conocerla a fondo… Un viaje culinario al Mediterráneo oriental, el restaurante Samos en The Ritz-Carlton Ciudad de México ofrece una experiencia única donde podemos descubrir una experiencia sensorial completa mientras contemplamos el castillo y el parque de Chapultepec.
Samos, que promete una experiencia gastronómica con raíces locales, inspirada en la temporada y atractiva para los gustos más exigentes, con una cocina abierta envolvente y una experiencia de mesa de chef, presenta una selección distintiva de ofertas únicas y un servicio legendario. Aquí me esperaban ingredientes locales de agricultores y artesanos regionales que permiten la más alta calidad con miras a la sostenibilidad, la frescura y el sabor.
Un hotel de ensueño en la dirección más codiciada de la ciudad, con su aroma insignia que se plasma en nuestra memoria y sus imperdibles vistas a la Ciudad de México que juegan con nuestros sentidos, The Ritz-Carlton es la encarnación de un estilo de vida inigualable.
Sinónimo de sofisticación, el nombre de Ritz-Carlton evoca en la mente la elegante majestuosidad de esta autentica cadena hotelera. Con 58 pisos en el corazón del centro financiero, The Ritz-Carlton Ciudad de México agrega una estructura sorprendente al horizonte de Paseo de la Reforma.
Ubicado en los pisos 37 a 47, esta joya hotelera ofrece vistas panorámicas del Parque Chapultepec desde cada una de sus 153 habitaciones y residencias privadas. En su espectacular restaurante Samos me dejé llevar por el hedonismo de desayunar sobrevolando la Ciudad.
A unos pasos de su restaurante se encuentra el icónico Samos Bar, sofisticado y envolvente. Un lugar de elegancia atemporal y energía acogedora que despierta el deseo de descubrir el entorno de la ciudad. Ubicado en el piso 38, el bar Samos nos invita a conectarnos con la ciudad desde una nueva perspectiva.
Las experiencias sensoriales, los cócteles cuidadosamente elaborados y el ambiente alegre se unen para despertar nuestra curiosidad, avivar los sentidos y hacernos partícipes de un mundo de hedonismo puro.
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