Saint-Émilion es una región francesa formada por verdes colinas, donde se cultivan las uvas con las que se elaboran vinos de renombre. Además de su rica herencia alrededor del vino, la ciudad tiene un importante patrimonio arquitectónico y cultural, que nos envuelve con la nostalgia de sus edificios, fortificaciones, palacios e iglesias, haciendo que sea un destino ideal para enamorarnos del vino y de la historia fascinante que lo rodea.
En este idílico lugar se encuentra el viñedo de Château Bélair, que nació de la fusión de los viñedos de Châteaux Bélair y Magdelaine, cuyos orígenes se remontan a la época romana, en la que sus vinos llegaron hasta los más lejanos rincones del imperio y que además fueron de los primeros en ser clasificados de Saint-Émilion. A mediados y finales de 1300, el chateau como tal fue creado por Robert de Knollys, y como parte de su larga historia, los visitantes podemos maravillarnos con la antigua escalera de piedra del siglo XI.
Como muchas propiedades de Burdeos, los viñedos fueron confiscados durante la Revolución Francesa, y después de una larga lucha la familia Canolle pudo recuperar su finca en 1802. Para celebrar este logro, embotellaron y vendieron su vino, convirtiéndose quizás en la primera bodega de Saint Emilion en embotellar su propio vino. Mantuvieron la propiedad de Chateau Belair hasta 1916.
El Bélair Monange ha establecido altos estándares de calidad que se han ido superando a lo largo de los años, por lo que es considerado como uno de los mejores viñedos de Sain-Émilion. Una importante reestructuración del viñedo se inició en 2008 inmediatamente después de la adquisición de la finca por parte de Ets. Jean-Pierre Moueix, quien le devolvió al chateau su glamour y su estatus de gran nivel. Para honrar la memoria de Anne-Adèle Monange, quien fuera la madre de Jean Moueix y que además fuera la primera mujer de la familia en establecerse en Saint-Émilion en 1931, la viña cambió su nombre a Chateau Bélair-Monange.
Tras la fusión de ambos viñedos, Chateau Belair-Monange se embarcó en un extenso trabajo en sus cuevas y canteras subterráneas de piedra caliza. El trabajo exigió la creación e instalación de una nueva serie de pilares y cinturones que fueron necesarios para seguir dando soporte a las cuevas de piedra caliza.
Por su ubicación en el punto más alto de la famosa meseta de piedra caliza de Saint-Émilion, sus uvas adquieren un estilo único. La traducción literal de Monange es mi ángel, por lo que ésta es la imagen que aparece en las etiquetas de sus vinos. ANNONCE DE BÉLAIR-MONANGE representa con gran elegancia las cualidades del viñedo, su mineralidad, concentración de bayas rojas, equilibrio y longitud, y para resaltar aún más su carácter único, es producido en cantidades muy limitadas, respetando el medio ambiente y empleando una cosecha manual una vez que la uva ha alcanzado la madurez óptima. Las cualidades de las parcelas más antiguas le otorgan los aromas delicados a este vino, mientras que se destaca la fruta, la intensidad, durabilidad y la frescura.
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