El icónico Fairmont Le Château Frontenac parece sacado directamente de un libro de fantasía. Además de ser un portal al pasado, un espacio de magia y un hotel de lujo que nos apapacha con su excelente servicio, esta joya es un edén culinario donde podemos vivir experiencias gastronómicas excepcionales.
Imponente y deslumbrante, este ícono de la ciudad me hizo sentir como realeza, disfrutando del lujo de Fairmont y sumergiéndome en la historia de Quebec. Uno de los asentamientos europeos más antiguos de América del Norte y la única ciudad fortificada al norte de México cuyos muros aún existen, la ciudad de Quebec es un pintoresco destino que nos transporta a través del tiempo.
Sacado directamente de un libro de fantasía, Le Château Frontenac ha sido la encarnación de un sueño desde fines del siglo XIX, cuando William Van Horne, gerente general del ferrocarril Canadian Pacific, contrató los servicios del arquitecto neoyorquino Bruce Price, quien ya había diseñado la estación Windsor de Montreal, para construir la escala ideal para sus pasajeros.
Basándose en los estilos arquitectónicos de la Edad Media y el Renacimiento, Price inmortalizó la historia de las dos grandes potencias que habían ocupado el mayor promontorio de la ciudad de Quebec en Canadá. El resultado fue magia: Fairmont Le Château Frontenac es ahora un edén idealmente ubicado dentro de los muros del Viejo Quebec.
En su espectacularmente bello restaurante Bistró Le Sam viví una experiencia que está en constante evolución durante todo el día. Platos creativos para compartir, happy hours de moda, mixología innovadora y entretenimiento nocturno – todo en un solo lugar con ambiente inolvidable con decoración que recrea una antigua estación de tren.
Bistró Le Sam y los demás restaurantes de Fairmont Le Château Frontenac ofrecen vistas excepcionales del río San Lorenzo en un ambiente abierto, elegante y abierto durante todo el año. Reflejan la herencia de la ciudad y se mantienen al día con las últimas tendencias culinarias, creando experiencias inolvidables e infinitamente exquisitas.
La ciudad de Quebec es uno de los asentamientos europeos más antiguos de América del Norte y la única ciudad fortificada al norte de México cuyos muros aún existen. Si bien muchas de las principales ciudades de América Latina datan del siglo XVI, entre las ciudades de Canadá y los Estados Unidos pocas se crearon antes que la ciudad de Quebec.
Un portal al pasado de esta fascinante ciudad, Fairmont Le Château Frontenac es un mundo de lujo y elegancia clásica que nos transporta a una realidad alterna, a un universo fantástico donde la magia forma parte de nuestra experiencia y juega con nuestros sentidos.