En la costa del mar Negro, en el límite entre Europa Oriental y Asia Occidental, la historia de Georgia se remonta a los antiguos reinos de Cólquida e Iberia. Un país fascinante cuya larga historia y deslumbrante belleza natural crea una mezcla impactante e intrigante a la vez, Georgia es un portal en el tiempo.
Kakheti, el corazón de las tierras vitivinícolas de Georgia, es la cuna mundial del vino donde por más de ocho mil años se ha estado produciendo este seductor elixir – un destino repleto de tradición e historia viva embotellada en botellas. Hay más de 500 variedades de uva en Georgia, una mayor diversidad que en cualquier otro lugar, con alrededor de 40 que se utilizan en la producción comercial de vino.
Winery Khareba produce vinos de las uvas georgianas Tsitska, Krakhuna, Tsolikouri, Otskhanuri Sapere, Aladasturi, Usakhelauri, Rkatsiteli, Mtsvane, Khikhvi, Qisi, Saferavi, Mukuzani, Kindzmarauli y Akhasheni – cubren siete denominaciones de origen y producen hasta cincuenta vinos diferentes. Inaugurado en 1962 para el Congreso Mundial de la OIV, la bodega-túnel de la vinícola tiene una longitud de 7,7 kilómetros – más de 25 000 botellas de vinos de bodega Khareba premium envejecen ahí.
De Khareba proseguí a la vinícola Chubini, una encantadora bodega familiar de pequeña producción en Kakheti centrada en el mercado de exportación internacional. Establecida por Tornike Chubinidze, esta encantadora vinícola lleva a cabo todo el proceso de elaboración del vino de manera tradicional, hecha a mano personalmente por la familia. Originarios de Tbilisi, la capital de Geogria, los Chubinidze decidieron volver a sus raíces y sumergirse en el mundo de las antiguas traiciones vinícolas de Kakheti. Cuando trajeron los Qvevris a su parcela de tierra, justo antes de enterrarlos en el suelo, vieron un arcoiris doble de 180 ° justo sobre los Qvevris y de ahí nació la idea para sus etiquetas.
Después continué a la bodega de Babaneuri Marani, un espacio único; su viñedo, bodega y hotel boutique se encuentran en las estribaciones de la cordillera del Gran Cáucaso, a la vista de los principales sitios históricos y culturales de Kakheti. Los vinos de Babaneuri se elaboran en Qvevris, las tradicionales ánforas de barro enterradas en la tierra fría, de la misma manera que se ha hecho en Georgia por más de 8,000 años y el precioso hotel boutique de la bodega cuenta con solamente 13 habitaciones; senderos para caminatas en los bosques y colinas nos sumergen en este hermoso paisaje.
El corto viaje en coche desde Tbilisi – la actual capital de Georgia – y Mtskheta – la antigua capital – nos lleva a través de montes y valles hasta que logramos discernir en la distancia el impresionante monasterio de Jvari, enclavado en la cima de una colina, sobrevolando la ciudad. Desde este monasterio ortodoxo georgiano del siglo VI me dejé impactar por las vistas hacia Mtskheta, la catedral de Svetitskhoveli y la confluencia de los ríos Mtkvari y Aragvi.
La ciudad vieja se encuentra en la confluencia de los ríos Mtkvari y Aragvi. La rara combinación de valores culturales había regido en esta parte del mundo desde la Edad de Bronce hasta la próspera era cristiana sobre el estilo de vida ecléctico único que creaba el estado de ánimo de la ciudad, que es tan antigua como la historia de Georgia.