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Deby Beard

Descubriendo las Sky Suites de Marquis Reforma


“La calidad nunca es un accidente. Es siempre el resultado de un esfuerzo inteligente”

- John Ruskin

Marquis Reforma abrió sus puertas en 1991 con más de la mitad de las habitaciones como suites. Para su 25 aniversario empezaron a renovarlo, así que contrataron al arquitecto Roy Azar para diseñar un nuevo concepto en su penthouse. Las 115 suites del hotel se han transformado en su totalidad para ofrecer un nuevo confort. Además, las 18 que ocupan el último piso recibieron el nombre de Sky Suites, en lo que Roy define como un hotel boutique dentro del mismo Marquis Reforma.

Desde el momento que reservamos, preguntan por nuestra elección de almohada, si tenemos alguna alergia o si preferimos alguna vista, como a la icónica fuente de la Diana Cazadora.

Los tres mayordomos de las Sky Suites están aquí para apapacharnos. Ellos fueron entrenados por Gary Williams del British Butler Institute, para garantizar la perfección del servicio. Nos apoyarán con desempacar y empacar la maleta, si así lo deseamos; traernos el desayuno a la cama, reservar una cena en algún restaurante de la ciudad o comprnos una prenda de vestir que hayamos olvidado.

Durante la tarde, nos preguntarán cuáles son los ingredientes que preferimos para cocinarnos deliciosos canapés acompañados del vino de nuestra elección. En la carta de bebidas destacan las opciones nacionales: Adobe Guadalupe, Durand Viticultura, Concierto Enológico y Juguete; este último elabora etiquetas que definen como mexicanas, pero elaboradas en Australia.

Aunque parecidas, por la paleta de tonos grises suaves con destellos de colores como azules y morados, cada Sky Suite es única. Ya sea porque tenga una terraza, un balcón, una tina de hidromasaje desde donde vemos Paseo de la Reforma o a lo mejor un baño con vista panorámica; cada una te brinda una estancia mágica. La doble altura ayuda a ese sentimiento de grandiosidad que no se esfuma nunca.

Dos de las Sky Suites son estilo loft y ofrecen además caminadora personal, sala, comedor, un refrigerador con aguas, refrescos, jugos o cualquier producto que deseemos. Si queremos, el chef del hotel subirá para darnos una prueba de la gastronomía que manejan de primera mano; aunque siempre es más recomendable bajar a alguno de los restaurantes a disfrutar del ambiente. La Marquis Suite, cuyo ventanal redondeado le da la vista más envidiable de todas, nos enamora a todos.

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