Los grandes chefs tienen la capacidad de convertir la comida en una poesía, y en manejar sus sabores y sus texturas como si fuesen las notas de una melodía. Así es la propuesta gastronómica de la chef Gaby Ruiz, que a través de su restaurante Carmela y Sal nos transporta a un auténtico viaje celestial. Gaby nació y creció en Tabasco, en contacto con la naturaleza, rodeada de tradiciones, ingredientes que nos encantan y con un espíritu ansioso de aprender.
Durante sus exploraciones en la selva, se imaginaba cómo sería conocer el cielo, y hoy, gracias a sus deliciosas creaciones, sabemos que el cielo está atrapado en cada uno de los platillos que prepara. La chef Gaby nos cautiva con su sencillez y con su talento, no por nada es la abanderada de la nueva cocina tabasqueña, fue Joven Talento Millesime México 2015, semifinalista internacional Young Chef de San Pellegrino, y es considerada la mejor chef mexicana 2019.
Su talento ha logrado transformar ingredientes comunes en extraordinarios platillos, convirtiendo el acto de comer en unaexperiencia sublime. Uno de estos ingredientes es el plátano macho, transformado en el exótico platillo llamado Tierra de luna, que se sirve en paquetitos de plátano macho rellenos de frijoles, salsa de tomate, crema de rancho y chicharrón.
En cada platillo de Carmela y Sal, nos comparte las memorias de su infancia, la influencia de las tradiciones tabasqueñas, y las ilusiones del futuro. Bien se dice que cocinar es un arte, y Gaby lo ha plasmado a la perfección en su espectacular aperitivo Negroni, servido dentro de las hojas de un libro, listo para contarnos una historia., una verdadera delicia para los sentidos.
Los platillos se sirven en un orden para disfrutarlos, de forma que las cualidades de uno no opaquen las de los otros. Es por eso que en Carmela y Sal una de las opciones para iniciar la comida son las tostadas de queso de hebra con salsa macha, ensalada verde y vinagreta de maracuyá.
Como una alquimista que tiene el poder de transformar la materia, Gaby nos sorprende con sus Tostadas de mentiras, que por su sabor y textura no parecieran que están preparadas con coco; y con un toque especial transformó a las sencillas jícamas en una delicia con pesto de albahaca criolla, pistaches y uvas verdes. El ceviche de pescado está preparado con leche de coco, camote amarillo y chile habanero; y el sope es reinventado al prepararse con chicharrón prensado y pulpo. Hay sabores de cada temporada del año que nos encantan, y por eso en Carmela y Sal hay lechón de navidad disponible en cualquier fecha. El risotto se prepara a la tumbada, con robalo, aguacate y ensalada verde; y el Short rib se sirve con chirmol, que es una salsa ahumada con suave picor, puré de plátano macho pasado, calabazas y cebollas encurtidas. En la parte de los postres, nos deleita el Mostachón tropical es un merengue de nuez, cremoso de queso, piña, carambola y maracuyá. El talento de la chef Gaby Ruiz la ha posicionado como una de las consentidas de la cocina mexicana, y ha puesto a Carmela y Sal en uno de los lugares de honor dentro de las mejores ofertas gastronómicas del país.
