El representante de una nueva mirada hacia el lujo sustentable y delicado, suspendido como un sueño en la costa, Azulik es el portal entre dos mundos: el del confort sublime y la naturaleza pura. Es el reflejo de la máxima armonía, con la sobriedad de su diseño cubierta con la brisa marina, donde la poesía fluye y se funde. Es un hotel que nos regala una mezcla infinita de azules y de tonos ocres, bajo la caricia tibia del sol mexicano.
Es uno de esos hoteles que incitan una apasionada escapada a la playa, lejos del bullicio y del ajetreo de la vida diaria. Es la opción para quienes amamos combinar el placer de viajar con los placeres más sencillos que nos da la vida, como caminar descalzos en la arena mientras el agua del mar nos moja con su suave vaivén.
Bajo el sol del Caribe Mexicano, la selva de Tulum es el hogar del remanso de agua y arena de Azulik, que nos transporta a un mundo de comodidad y naturaleza inmaculada. La belleza del hotel se acompaña de los sonidos del mar y de la brisa que refresca la piel, húmeda por el calor. Aquí conviven la comodidad de la vida moderna, un estilo holístico y espiritual, además de conservar las tradiciones de la cultura local.
Como parte de su proyecto de rescate por la naturaleza, en Azulik se presentan iniciativas como las Culinary Series de Wine & Food Festival, el proyecto culinario único que apoya el cuidado del océano desde una perspectiva artística y creativa, y que tienen como preámbulo cocteles con champaña en la galería de arte IK LAB, en la que se entra descalzo y se admiran obras de artistas mundiales.
En su restaurante Kin Toh se especializan en comida fusión mexicana con maya, logrando maridajes extraordinarios entre los platillos, el sonido del mar y la arquitectura. Para escoger el mejor maridaje, el hotel cuenta con una cava de vinos de 180 etiquetas del mundo con más de 600 botellas esperando su momento de ser descorchadas.
El agua es el elemento natural que le da vida al hotel, que hacer fluir la energía, embellece el hotel y llena con su energía cada uno de los espacios.
Como parte de su diseño armónico con el ambiente, los caminos elevados de madera se diseñaron para que el agua fluyera debajo de ellos, y en algunas zonas se forman espejos de agua que reflejan el cielo azul.
El agua sagrada del Cenote que se encuentra debajo del restaurante del mismo nombre, es la que alimenta las tinas de baño de las villas, y es la que fluye por en todo el complejo. La conservación del cenote y del manglar, son parte del esfuerzo de Azulik para mantener el agua pura y mantener a las especies que habitan en él.
Azulik es un refugio de belleza salvaje, aislado del ruido y de las distracciones que nos da la tecnología. Se extiende en una gran extensión de costa, sumergido entre las copas de los árboles y el vaivén de las palmeras, y las mañanas empiezan con el canto de cientos de aves y una caricia de viento en las mejillas.