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Alexis Beard

Vino, olivos y finca: La Santísima Trinidad


Hablar de Guanajuato es llenarse de recuerdos y de deseos por volver a recorrer sus calles, por descubrir las bellezas distintivas de cada parte del estado, y de llenarse el alma de sus sabores.

Una de las más grandes bellezas de nuestro país es San Miguel de Allende, la emblemática joya del estado que ha sido reconocida como la ciudad más bella del mundo por parte de la revista Condé Nast Travelers, además de ser nombrado como Pueblo Mágico. En esta hermosa ciudad, personas de diferentes partes del mundo se reúnen para disfrutar de su compendio de elegancia cultural y arquitectónica, y empaparse de su personalidad contrastante y seductora, resultado de una armonía sensible entre su majestuoso pasado y su bello presente.

Con una vista panorámica de campos de lavanda, olivos y situada entre viñedos, La Santísima Trinidad nos transporta a la toscana. Este magnifico y bello hotel boutique es una edificación de sofisticación y exquisitez cuyo sabor y estilo no tiene igual en ningún lugar del mundo.

La Santísima Trinidad se encuentra entre dos pueblos mágicos, a unos minutos de San Miguel de Allende en dirección a Dolores Hidalgo, Guanajuato. Con un estilo único y muy suyo, La Santísima Trinidad es un desarrollo inmobiliario que nos ofrece la posibilidad de vivir y disfrutar la magia de tener una verdadera y hermosa finca en el campo.

Guanajuato es reconocido por ser tierra productora de vinos, incluso se dice que el cura Hidalgo enseñaba el oficio de vitivinicultor a los pobladores que cristalizaban sus esfuerzos con cada vendimia. Es justo en los alrededores de San Miguel de Allende donde se pueden recorrer los viñedos, conocer el proceso de elaboración y degustar los vinos que llevan el sabor mineral de la tierra guanajuatense, como en La Santísima Trinidad, a tan sólo 15 minutos de la ciudad.

Un lugar sobresaliente en donde nuestra única responsabilidad es disfrutar, aprender y relajarnos contemplando un maravilloso paisaje, este es el paraíso. Rodeada de naturaleza pura, viñedos y lagos artificiales, me encuentro con paz interna y momentos de contemplación que me alejan lentamente de la realidad del día a día.

Es un concepto único en el país, que además de ser viñedo y un hotel boutique ofrece la opción de ser también copropietario, para vivir y disfrutar la magia de tener una finca en el campo pero sin tener que destinar la inversión, el esfuerzo y la atención que esto requiere. Al ser un lugar pensado para consentir a sus huéspedes, su gastronomía está basada en un proceso de elaboración artesanal con ingredientes producidos en su mayoría en la propiedad, logrando un maridaje totalmente orgánico entre sus vinos y sus sabores.

La Santísima Trinidad se encuentra en la carretera que conecta con Dolores Hidalgo Cuna de la Independencia Nacional. Aquí se fusiona un concepto arquitectónico y de paisajismo excepcional con la mejor tecnología enológica usada para obtener vinos de extraordinaria calidad, además de ofrecer la posibilidad de vivir y disfrutar la magia de una finca en el campo. Su hermosa vista panorámica y su diseño lo convierten en uno de los lugares más exclusivos de San Miguel de Allende, con campos de lavanda, olivos, áreas verdes, plantíos, un bellísimo campo de Polo y por supuesto, los viñedos, en donde se ofrece una experiencia única.

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