Es bien cierto que de la vista nace el amor, en especial cuando se miran los delicados diseños de los relojes Raymond Weil, que con la precisión de su maquinaria nos dan el poder sobre el tiempo. Obras de arte, perfección tangible, elegancia eterna, son los elementos que nos transmiten estos dadores de recuerdos, porque más que darnos la hora, alrededor de ellos se acumulan memorias e historias que nos roban sonrisas. Fiel a lo que implica el tiempo, que es cambio y transformación, la empresa familiar fundada por Raymond Weil y ahora dirigida por su yerno Olivier Bernheim, es una de las principales marcas independientes de la industria relojera suiza, y desde 1976, la vida en Ginebra se mueve al ritmo de sus manecillas. En sus colecciones de relojes para dama y caballero se atrapan al pasado, al presente y al futuro en cada segundo. Una de sus más recientes innovaciones es la forma de un nuevo movimiento del que han llamado Calibre RW1212, como un homenaje a la historia de la marca, a su determinación de mejorarse continuamente y también a su lugar de origen, pues es el código postal de la sede central de la compañía en Grand-Lancy Ginebra.
Los relojes no son un invento suizo, pero su perfeccionamiento sí lo ha sido, y Raymond Weil se ha encargado de llevarlos a otro nivel. Son auténticas piezas de arte hecho a mano, que capturan conocimientos centenarios y una historia repleta de contratiempos y perseverancia. Sus elevados estándares de calidad hacen que estas joyas de la ingeniería y del arte perduren ante lo mismo que miden: el tiempo. Sus diseños elegantes son atemporales, no responden a una moda sino que ellos marcan tendencia, y tienen el poder de cautivar a personas de diferentes generaciones. Desde su movimiento, sus diseños y sus materiales, son relojes que se distinguen y enamoran. Para que una de sus piezas embellezca a su portador, los diseñadores dedican horas y un gran esfuerzo para hacer un reloj original, fino y elegante, que se complementa con el uso de materiales de alta calidad para darles una lujosa apariencia. En su colección Tango, la estructura de acero da una apariencia de fortaleza, que se suaviza con sus líneas de oro y con los diamantes de su caja. Todos sus relojes son un proceso de paciencia y amor, el resultado de un deseo fabricado para durar y querer, con una gran variedad de estilos en cada una de sus colecciones para hombre y mujer.