La colección hotelera Relais & Chateaux es un conjunto de hoteles donde la belleza fluye y se funde, en armonía con los ambientes en los que se ubican, creando un exclusivo portafolio de los mejores hoteles del mundo. Su exclusividad les confiere el excelente nivel de atención personalizado que es tan buscado por los viajeros. Casa Velha do Palheiro es un hotel cuya serenidad se forma con las tranquilas aguas del Océano Atlántico, y sus reflejos cristalinos transportan a los huéspedes hacia dentro de sí mismos. Se ubica en la isla portuguesa Madeira, reinada por un clima subtropical, y por sus temperaturas tibias y agradables, la vegetación del lugar es fascinante. La historia del hotel es tan poética como la isla. Fue construido en 1801 por el primer Conde de Carvahal, como su residencia de verano y de caza. Esta pintoresca casa ha sido adaptado como hotel cinco estrellas, con vistas al jardín más bello de la zona, rodeado de enormes árboles y coloridas flores.
Denotando el buen gusto del conde, el hotel está lleno de lujosos y finos detalles. Tal es el caso de la gran escalera que conduce a las amplias y prístinas 32 habitaciones y cinco suites, que se salpican con la luz marina. En su decoración, así como en el exterior, resaltan las flores y los tonos primaverales. Otra de sus atracciones es su hermoso Palheiro Spa, lleno de la energía tropical de la isla y especializado en tratamientos revitalizantes. Como si hubiese emergido de la misma naturaleza, el spa está construido con materiales como rocas pulidas y basalto, además de contar con plantas que llenan de vida el espacio. En sus cuatro cuartos de tratamientos, se ofrecen masajes y terapias, tanto para relajar como para embellecer, con los productos de Pevonia Botanica y Caci. También hay sauna y baño turco, baño de lluvia y cascada, así como una piscina techada y un gimnasio. Para complementar el ritual de consentimiento, se ofrecen tés e infusiones, así como bocadillos.
Otra joya portuguesa de Relais & Chateaux es Bela Vista Hotel & Spa, una pieza histórica ubicada justo a pie de playa. La romántica mansión de 1918, alberga innumerables detalles en su fina decoración, a cargo del renombrado Graça Viterbo. Un mural de aazulejos coquetea en la sala de descanso, mientras que en las escaleras de madera y en la chimenea más azulejos también recrean escenas a la orilla del mar; este único y singular estilo se repite en las habitaciones, donde las escenas contrastan con la decoración moderna, ambientadas en los tonos marineros de blanco y azul. Como catedral, los baños se llenan de la luz que traspasa por sus coloridos vitrales, y que pareciera quedarse atrapada en los cientos de mosaicos de color que decoran las paredes. Como oasis que emerge de la arena, la casa se rodea de estilizadas palmeras y un bello campo verde, además de contar con una tranquila piscina al aire libre. En el interior, la música del piano adornado con vetas de madera, regala dulces notas que acompañan a las tardes, dotadas de la imaginación que nace al momento de cruzar el umbral del hotel.