Para el vino y las memorias que evoca no existen fronteras, ni físicas ni culturales, por ello, nada más internacional que un vino argentino producido en una centenaria bodega de estilo español, que se ha vuelto parte de mis viajes por el mundo. El Terrazas de los Andes Malbec 2014 nace en los viñedos Las Compuertas y Paraje Altamira en Valle de Uco, que están en una de las mayores altitudes del mundo superior a 1.070 metros. Esta particularidad queda plasmada en el vino, pues las uvas expuestas a esta altitud y con mayor incremento a la exposición solar, obtienen un sabor delicioso y concentrado. La bodega se sitúa en Perdriel, justo al pie de la cordillera de los Andes, en una zona en la que gran parte del agua que la abastece es de lo más puro y libre de contaminantes, proveniente de la nieve derretida de la montaña. Dependiendo de la época en la que se visite, se pueden ver los cambiantes colores de las hojas, desde el verde intenso hasta algunas con matices naranjas y amarillos. Aprovechar las condiciones del valle, que varían de temporada en temporada entre temperaturas frías y templadas, han logrado que sus uvas se desarrollen con un sabor elegante por naturaleza y de mucha capacidad de guarda.
Terrazas de los Andes Malbec 2014 es producto de una cosecha atípica, donde la primavera fue fresca y el verano muy caluroso. Estas condiciones producen un vino de frescura aromática, de niveles altos de acidez, concentración media y mucha jugosidad en boca. Además, se distingue por su frutalidad, tonos florales y las notas de cereza roja y violetas. La notable presencia de madera, sus aromas a cerezas negras maduras y ciruelas, así como su carácter tostado y especiado de pimienta negra y chocolate, se debe a su crianza de 12 a 14 meses en barricas de roble francés de uno a cuatro usos. En boca tiene una dulce y fina entrada, llena de taninos delicados y un final de frutas negras. Durante la visita a la bodega se admirar los viñedos con sus perennes paisajes hermosos, para después conocer el proceso de producción de los vinos y toda la maquinaria de la que se vale para tal efecto. Los vinos pueden degustarse tal como se haría en casa, acompañados de un carpaccio de atún y vinagreta de frutos rojos, de un lomo veteado y ratatouille mediterráneo y de postre, una torta húmeda de chocolate semiamargo y helado de mascarpone con frutos rojos.