Quienes tenemos el placer de formar parte de la vida de Andrés Roemer, sabemos que no hay adjetivos suficientes para describir al gran hombre que es. Diplomacia, talento desbordante y un gran corazón, son una pequeña parte que describen sus muchas cualidades.
Andrés es reconocido por ser un comunicador serio y oportuno, y su responsabilidad social lo ha llevado a expandir sus dones más allá de los medios impresos y de la televisión, llevándolos nada menos que hasta la UNESCO, el organismo mundial cuyo objetivo es contribuir a la paz y a la seguridad en el mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones, donde actualmente funge como el actual Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, y Representante Permanente de México ante la UNESCO. Sus constantes viajes a París, que es donde se asienta la sede, lo han empapado con lo más rico de la cultura del continente.
Ha luchado por defender y difundir el patrimonio sobre el que se forjan la historia y el presente de nuestro país, además de proponer iniciativas de alto impacto social mediante la ciencia, la cultura y por supuesto, la comunicación. La injerencia de Andrés en estos temas no es simplemente por tratar de ajustarse a la imagen esperada de su nombramiento ante la un UNESCO, lo hace porque son temas en los que él es todo un experto y erudito.
Siendo un hombre de acción y de pensamiento superior, sus propuestas en estos temas se han plasmado en realidad, tal es el caso de la Ciudad de las Ideas, el evento que reúne en México a las mentes más brillantes del mundo. La Ciudad es un ejemplo del pensamiento que Andrés tiene sobre nuestro país, al que considera una fuente de creatividad en una amplia gama de industrias, una fuente a la que, tal como indica, hay que apoyar por el bien de la humanidad y para mantener el legado histórico.
Además de la creatividad, Andrés también ha abogado por preservar la identidad del país y de su historia mediante su propuesta de declarar a la Constitución de 1917 como patrimonio documental mundial, por su valor político y social tanto en el desarrollo de la nación como por tomarla como ejemplo en la redacción de otras constituciones del mundo.
En su vasta carrera, Andrés ha impartido conferencias sobre temas culturales, escrito libros especializados, impartido cursos en Harvard, dirigido el Programa Nacional de Cultura de Conaculta, y ha sido honrado, entre muchos premios, con el nacional de periodismo y el Elise and Walter A. Haas International Award por la Universidad de California en Berkeley, por su trabajo destacado en artes, ciencias, educación, negocios y acciones en bien del país.
