El contacto con la naturaleza es uno de los momentos que más se graban en la memoria, y en especial cuando se entrelazan las formas de la naturaleza con la comodidad de la vida moderna. Enclavado en un sistema de canales y manglares, se dispersan las villas de Banyan Tree Mayakoba, un lugar que por la singularidad de su diseño es difícil de llamar hotel, más bien es una especie de refugio, un brote nacido de la inspiración que genera el clima de la Rivera Maya.
Una vez que se confirma la reservación, la aventura empieza al recorrer las veredas verdes, rodeadas de árboles y pastos, para después ser recibidos con un jugo fresco. En la recepción el atractivo principal es el canal de agua que la llena de vida, movimiento y color, una muestra más de la integración con la naturaleza y el respeto a la misma. Las villas o cabañas son únicas en el mundo, tan espaciosas como una casa y separadas entre sí y con absoluta intimidad.
La gran altura de los techos le brinda a cada villa frescura y un toque de elegancia muy particular, así como la barda natural de arbustos que la rodea. Para continuar disfrutando del canto de la naturaleza, cada villa cuenta con su propia sala y comedor, además de las habitaciones.
Cada una está inmersa en un paraíso privado. Por dentro, suaves y largas cortinas visten, junto a los detalles de madera y colores neutros, a los muros de la habitación. Rodeando a la villa está la alberca privada, en la que se puede nadar o simplemente sentarse a observar la belleza de los alrededores, como las coloridas aves que se ocultan entre las copas de los árboles.
Tomar un baño es una experiencia inigualable. Se puede disfrutar de una ducha rodeado de la vegetación del manglar, e incluso se puede observar a algún cocodrilo a través del cristal o tortuga asoleándose, claro, todo con seguridad. En el jacuzzi exterior todo es romanticismo. El agua tibia se decora con flores y velas, que generan un aroma cautivante y acogedor. Después del agua, la relajación se completa con un descanso en la hamaca, teniendo como fondo siempre la belleza de la laguna.
El reconocimiento como hotel de lujo no es suficiente para describir la belleza de Banyan Tree Mayakoba, tal vez porque no haya adjetivos suficientes ni justos que reflejen lo que se vive en él.