Un derroche de imágenes, sonidos y olores que puede conducir rápidamente a la sobrecarga sensorial. Un paraíso perdido entre China e India, rodeado por las imponentes montañas Himalaya. Un portal al pasado, donde nos pareceríamos sumergir en un mundo de antaño, donde el paso del tiempo se detiene y la vida vacila en el hoy y el ayer. Esto, y mucho mas, es Nepal.
Una vez considerada como la legendaria e inaccesible Shangri-La, Katmandú, la capital de Nepal, es ahora una gran metrópolis donde podemos vivir una experiencia sin igual. Se podría decir que hay mil Katmandús, agrupadas una encima de la otra en una caos extravagante. Creada tras la unión de tres antiguos reinos, este hermoso valle es hogar de mas o menos una docena de grupos étnicos. Pintoresca y bella, nunca olvidaremos a la gente de Nepal y sus grandes sonrisas.
Con la mejora continua desde el devastador terremoto que sufrió en el 2015, Nepal es un país cuya alma y encantadora cultura perdura cualquier obstáculo. Los impactantes monumentos históricos que fueron afectados están bajo reparación y el país, especialmente el valle de Katmandú, cuenta con apoyo continuo para mantener viva eternamente su gran patrimonio cultural.
En esta histórica ciudad, donde se encuentran seis sitios UNESCO, nos hospedamos en el Hyatt Regency, cuyo diseño en el estilo tradicional de la arquitectura Newari de Nepal nos transporta a las épocas doradas del país. El hotel tiene una impactante ubicación: se encuentra a pocos minutos a pie de la Boudhanath Stupa, el más sagrado de los santuarios budistas tibetanos fuera de Tíbet y un Patrimonio de la Humanidad.
El vestíbulo de Hyatt Regency se ha vuelto en un sitio turístico en Kathamandu, ya que atrae visitas que vienen solo para admirar sus magníficos ‘chaitya’ –tradicionales templos budistas –al estilo de la ciudad de Patán. Desde su dramática entrada con grandes pagodas de madera obscura, hasta su impactante puerta dorada, el hotel refleja el gran lujo de la antigua realeza de Nepal.
Los cuatro restaurantes y bares del hotel aseguran la perfecta experiencia culinaria. El ‘Café’ cuenta con una cocina abierta y sirve cocina internacional. Rox es el restaurante insignia del hotel, donde nos deleitamos con gastronomía tradicional del sur de Europa preparada de manera extravagante dentro de un horno de leña. El Lounge es el perfecto lugar de reunión para disfrutar de comidas ligeras y una selección de té de la tarde. El Terrace sirve comida ligera, saludable, ensaladas, jugos y cócteles refrescantes.
Además el hotel cuenta con su propio casino. El Casino Pride se encuentra en el interior del Hyatt Regency Hotel, y nos da la oportunidad de jugar desde la propiedad, sin tener que atravesar la ciudad. Lujoso y moderno, es un perfecto lugar para disfrutar de unas horas de juego.
Una ciudad rica en historia y magníficamente caótica, Katmandú es la entrada al exótico país de Nepal, donde nos encontramos con maravillas inesperadas y experiencias memorables.